30 diciembre 2013

corazón de fuego.


Estos días practico un retiro de silencio y una dieta macrobiótica cerca del mar. Esta práctica me permite romper con la estructura que es mi vida el resto del año y recordarme. En inglés hay un vocablo mas certero: embodying oneself
Reconozco la inercia en mi vida y estos días permito a mis cuerpos reciclarse, dejando que muera lo que ya no les sirve y se nutran de lo que anhelan. Escuchando y en silencio. Como una dulce y profunda caricia vital. Todos los cuerpos cuentan, el físico y sus emociones; el mental, con sus pensamientos, anhelos y proyecciones; el espiritual, con su capacidad de vaciarse y trascender la identidad del nivel persona. 
Despido el dosmiltrece encendiendo la memoria que conecta con mi corazón. Sintiendo fuegos artificiales que atraviesan mi cuerpo. Un caos ardiente de luces y sombras fluyendo en todas las direcciones. Un corazón de fuego en una hoguera de anhelos y temores, de propósitos y certezas. Algunas vivas, otras muertas. Por un lado siento una gratitud infinita, plena e íntima. Por otro, una necesidad de desechar lo inútil y obsoleto. Lo que me incomoda.   

Quiero cerrar el 2013 dando las gracias.  
A la vida por pulsarme a diario. A mi cuerpo por expresarse en la danza y señalarme mis bloqueos. A mi alma sutil y misteriosa por su sabiduría. A mi hijo Jorge por su entusiasmo y alegría. A mi acompañante Caillou por su entrega leal. Al miedo por su maestría. A mis amigos y maestros por acompañarme en el camino. A la Madre Tierra por su inspiración y generosidad incondicional. A la meditación y el silencio por su canal facilitador. A las noches por traerme el caos y personajes inéditos para la escritura. A mi familia de origen por ser como es. Al universo por tanto amor, magia y abundancia. 
De corazón. 
        
  F E L I Z  T R A N S I T O  2014
                                                                     
                                                              



                texto y foto D.P.B.

20 diciembre 2013

ser niños.


     ¿Por qué no dejamos ser a los niños?

Los niños son como las plantas. Necesitan unas raíces fuertes y poderosas para florecer. Estas raíces tienen que ver con su propia verdad, con su propia luz. Si permitimos que crezcan con su sabiduría innata, inocencia y a su ritmo se harán fuertes. Los niños pequeños son inocentes, pero no se lo han ganado, es natural. Y esto les aporta una capacidad innata de intuir, de ver las cosas como son. Su intuición les permite sentir las cosas inmediatamente.
Están sin contaminar y son conscientes de todo lo que les rodea, con profundo asombro y sentido del misterio. La inteligencia natural del niño necesita un cielo abierto, el viento, el aire y el sol para poder crecer, para expandirse. Para seguir vivos necesitan fluir constantemente. Esta inteligencia significa que los niños son vulnerables, delicados y abiertos. Es una fuerza de inteligencia muy sutil.
Siempre que se obliga a un niño sin que pueda elegir, le estamos mutilando, estamos destruyendo su inteligencia. No le estamos dando la oportunidad de escoger. No le estamos permitiendo funcionar de un modo inteligente. Lo estamos manipulando y asi solo funcionará mecanicamente. Lo curioso es que los hijos siempre seran mas inteligentes que los padres. Porque ellos pertenecen al futuro y éstos al pasado. Los padres ya estamos condicionados, intoxicados y con una ceguera aguda. No les inculquemos nuestros miedos, abrámosles las puertas de lo desconocido para que puedan explorarlo.
Bailemos, juguemos, cantemos, gritemos y saltemos junto a ellos. Con naturalidad y sentido del humor, con entusiasmo y siempre desde el corazón. Todo lo que hagamos debería de salir de nuestra capacidad de jugar y de nuestra alegría. Los niños son muy receptivos y si los respetamos estan dispuestos a escucharnos, a entendernos. Ellos solo seran felices si se convierten en lo que han venido a convertirse. Solo pueden convertirse en el potencial de la semilla que llevan en su interior.
Tenemos que proteger el espíritu. El hombre no puede ser feliz sin libertad. Y sin libertad no hay felicidad.           

"La humanidad abandonada durante su período de formación temprana se vuelve la mayor amenaza para su propia supervivencia". 
Maria Montessori
               
              FELIZ NAVIDAD


                                               texto y fotos D.P.B.

11 diciembre 2013

el viaje de mi gorgona.

Comparto algunas reflexiones que escribí sobre el gran viaje del parto. Una misión que transformó mi vida para siempre. 
Una crisis de madurez que trabajé con Elena Ferraris, mi doula, una mujer sabia y experimentada que me ayudó a conectarme con la mujer salvaje que tambien soy. 
Sentí una vitalidad serena desconocida durante el embarazo de mi hijo Jorge. Practiqué hatha yoga y me alimenté con más conciencia. En mi afán por "enterarme" del proceso, leí muchos libros sobre maternidad consciente y de alguna manera, me fui construyendo un idea de cómo quería parir. Hoy sé que en mi entusiasmo por controlar todo el proceso subyacía un miedo atroz a lo desconocido.
Desde que existimos las mujeres hemos parido. El acto de parir es algo común a la vida sexual y emocional de las mujeres, y lo mas cercano a lo que somos. 
El parto de Jorge fue un viaje de 36 horas que me permitió atravesar estados anímicos contradictorios al tiempo que su cuerpo se desprendía. Agradecí mucho olvidarme de la lógica temporal de una agenda médica y contar con el acompañamiento de mi doula guiandome en el proceso emocional. Atravesé el miedo, la frustración, el llanto y el bloqueo de conexión. 
En un momento de agotamiento, al cabo de largas horas, solicité a Aitor, mi ginecólogo la ruptura del proceso natural y le grité que acabara con mi dolor. En ese momento de llanto agónico, Elena me invitó a realizar un ejercicio de imaginación poética que permitió que mi cuerpo se rindiera a la apertura necesaria que en mi momento de desesperación Jorge y yo necesitabamos. 
Hoy entiendo que el parto es un corte, una apertura forzada. Un volcán que gime desde las entrañas y que al despedir sus partes profundas rompe necesariamente su aparente solidez para dar paso a una estructura renovada. 
Atravesar un parto es prepararse para la erupción del volcán interno. Una experiencia avasalladora que requiere mucha preparación emocional y valor por parte de la mujer y de quienes le asisten.
En la medida en que atravesemos situaciones esenciales de rompimiento espiritual sin conciencia, anestesiadas, dormidas, infantilizadas y asustadas; quedaremos sin herramientas emocionales para rearmar nuestros "pedacitos en llamas" y permitir que el parto sea un verdadero pasaje del alma.  El dolor es necesario para el recogimiento. Para conectarse con partes muy escondidas de nuestro ser, para bucear bien adentro y salir del tiempo y el espacio reales. Para entrar en un nivel de conciencia intermedio, fuera de la realidad. El dolor nos permite desligarnos del mundo pensante, perder el control, olvidarnos de la forma, de lo correcto. Para entrar en el túnel de la ruptura es indispensable dejar mentalmente el mundo concreto. 
Parir es pasar de un estadio a otro, un rompimiento espiritual que como tal, duele. El parto no es una enfermedad para curar. Es el pasaje a otra dimensión. La madre puede hacer mucho pero sobretodo lo puede hacer no haciendo. Sin interferir. Aceptando el dolor y fluyendo con él. 
La maternidad es una experiencia vital única, una vibración energética donde cada mujer se busca y se encuentra en un arquetipo buscando tambien su especificidad individual. La mayoria de las mujeres nos desconectamos cada vez más de nuestro saber intuitivo y de nuestro poder innnato sobre la transformación de nuestro cuerpo. Y el motor de las decisiones suele ser el miedo tan arraigado en nuestra sociedad contemporánea. 
La maternidad es una zambullida en el agua oscura del inconsciente, un fenómeno absolutamente misterioso.  Un camino de encuentro personal que necesita mucho tiempo para zambullirse en él.  Cuanto mas lenta sea la travesía más tiempo tendremos para integrar esa experiencia a la conciencia y más completa será nuestra reconstrucción interna emocional. Es un tiempo de tiempos sin límites.  
Aunque hayamos leido libros, practicado yoga con suficiente disciplina y meditado; o hayamos dispuesto una habitación zen para nuestro bebé tan deseado; toda nueva madre se siente perdida ante las aguas del puerperio.  Poseemos muy poca energía física y estamos perplejas ante la falta de iniciativa en el mundo concreto. Es un período en el que nos sentimos raras, descentradas, emocionalmente inestables y confusas con respecto al devenir de nuestra vida. 
Es un estado de máxima vulnerabilidad por lo que es importante estar cuidadas y amparadas por individuos o familias o grupos que permanezcan en tierra firme.      


                                                                   D.P.B.

03 diciembre 2013

de cría.




Las vigas del caserio Amalurra crujen el silencio en invierno. Una cría sostiene entre sus manos un libro abierto hundida bajo el edredón. Su corazón de párbula le late en la boca. El aita se acerca por el pasillo y entra en su cuarto.  

----He quedado con Daniel Boom para cenar. Hasta mañana. Que descanses- se despide el aita.

El eco de un portazo sostiene el llanto de la cría. Un volcán que late en su pecho sosteniendo los gritos de la rabia. La cría escribe veloz sobre un viejo papel y mojado de lágrimas. Ella es el único testigo de las ausencias sombrías del aita. 
Pasaron los años y la cría se casó con un reptil. Cautivada por su extraño pelaje, decidió protegerle y tambien darle de comer. 
El reptil no tardó mucho en robarle su alma y ella sufrió un desgarro emocional, un golpe seco de tristeza y desolación. 
Como aislada en una travesía por la cordillera de los ochomiles quedó varada en la roca mas dura y entró en un profundo letargo. Una pesadilla de sueño entre telas de araña asfixiando un circo de lobas hambrientas. 
Todavía hay días que las mariposas rozan su rostro de bella durmiente con ternura, despacio, muy despacio. 


                                                                       D.P.B.










EDER

Fatoz. arren. zatoz

Kutu egingo dizut

Pedertzeklo amoz!

Baina…..ez!

Bazara lehendik eder.

Edertasuna dario

Zugandik hemen.

Zure edertasuna

Nire edertasura
Biak bat egiten


       


Gracias aita por regalarme unas raíces en Euskadi. Gracias por darme la vida. Gracias por ser.